Protectores solares

Sunscreens

Cuando pensamos en vacaciones, muchos de nosotros pensamos en arena, playa, mar y el tan característico olor a protector solar. Gracias a los modernos avances en la tecnología, sabemos que incluir el protector solar en nuestra rutina diaria de cuidado de la piel es casi obligatorio. Sin embargo, se habla muy poco del impacto que tiene el protector solar en nuestro ambiente natural. Cada año, 25 000 toneladas de protector solar llegan a los océanos. La mayoría de sus componentes pueden ser altamente nocivos para la fauna marina, los corales y las algas. Si usamos protector solar en ríos o cenotes no solo se contamina ese ambiente, de hecho, todos los cuerpos de agua están conectados por lo que los contaminantes de estos ecosistemas también desembocan en el mar.

Algunas marcas de protectores solares tienen compuestos que no son fácilmente biodegradables ya que pueden ser altamente tóxicos para la vida marina. Por ejemplo, algunos filtros ultravioleta tienen compuestos químicos que también se utilizan en el plástico para que no se degraden con la radiación solar. Los compuestos más nocivos son la oxibenzona, octilsalicilato y el octilmetoxicinamato; una gota de oxibenzona puede contaminar lo equivalente a ¡6 piscinas olímpicas! Imagínense el impacto que tiene con todas las personas que van a la playa, la mayoría de ellas se ponen protector solar; los mares pueden recibir hasta 186 kg de protector solar al día. Evita los protectores solares con alguno de estos ingredientes:

  • Oxibenzona
  • Octinoxato
  • Octilmetoxicinamato
  • Octocrileno
  • 4-methylbenzylidene (MBC) camphor
  • PABA
  • Enzacamene
  • Parabenos
  • Homosalato
  • Avobenzona
  • Cualquier tipo de “nanopartículas” de zinc o titanio
  • Alguna forma de microplásticos

Casi el 80% de corales del Caribe ha desaparecido en los últimos 50 años y una de las razones es el blanqueamiento coralino detonado por los filtros ultravioleta. También afecta a la vida marina en cuestiones hormonales, genéticas y de reproducción.
En el 2020, la revista científica Science Direct encontró filtros ultravioleta en varios niveles de la cadena alimenticia. Esto quiere decir que al igual que con los microplásticos, estas sustancias pueden estar en los alimentos que consumimos a diario. El lado positivo es que existen varias alternativas naturales para proteger nuestra piel y al medio ambiente.

  • Evita la sobreexposición al sol, nuestros cuerpos son muy sabios y saben hasta cuándo fue momento suficiente de tomar el sol. Utiliza gorras, lentes, playeras especiales para el agua y sombrillas para proteger tu piel al máximo. También toma en cuenta que las horas de radiación más intensas son entre las 12 y 16 horas, por lo que te recomendamos evitar esas horas.
  • Existen protectores híbridos o amigables con el ambiente que protegen tu piel, puede que no tengan el mismo grado de fijación pero si tiene menos sustancias tóxicas. Es necesario aplicarlos entre 15 y 30 minutos antes de la exposición solar para que el protector logre el máximo efecto posible.
  • Existen alternativas naturales como el dióxido de titanio, óxido de hierro, talco, la mica y el óxido de zinc. Se recomiendan para personas con pieles sensibles o los bebés ya que no causan irritación ni dermatitis por contacto. Sin embargo, dejan un tono blanquecino tras su aplicación, lo cual puede no gustarle a algunas personas.
  • Puedes tomar alimentos ricos en antioxidantes, betacarotenos, vitamina C y grasa saludable como: fruta y verdura en crudo, ensaladas, jugos naturales y batidos verdes, semillas, aguacate y frutos secos.