El Grito de Independencia es uno de los actos cívicos más emblemáticos de México. Cada 15 de septiembre por la noche, millones de mexicanos se reúnen en plazas, casas y centros cívicos para conmemorar el inicio de la lucha por la independencia del país, que comenzó en 1810.
Origen del Grito
El Grito de Independencia tiene su origen en el llamado que hizo el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en el pueblo de Dolores (hoy Dolores Hidalgo, Guanajuato). Aunque no se conoce con certeza la frase exacta que pronunció, se sabe que incitó al pueblo a levantarse en armas contra el dominio de la corona española, entonces usurpada por la casa Bonaparte, gritando consignas a favor de la Virgen de Guadalupe y de la libertad. Este acto marcó el inicio de la Guerra de Independencia de México.
Primera vez en Palacio Nacional
La tradición de recrear el Grito comenzó con los primeros gobiernos independientes, pero no fue hasta 1896, durante el gobierno de Porfirio Díaz, que se realizó por primera vez en el balcón del Palacio Nacional en la Ciudad de México. Desde entonces, esta ceremonia se convirtió en una costumbre oficial, repetida cada año por el Presidente de la República.
Protocolo actual del Grito
La ceremonia del Grito se celebra la noche del 15 de septiembre, no el 16, la razón es que celebrarlo durante la madrugada del 16 no tendría mucho sentido siendo una celebración familiar. El Presidente sale al balcón central del Palacio Nacional, frente a la Plaza de la Constitución (Zócalo capitalino), generalmente alrededor de las 11:00 p.m.
El protocolo incluye el toque de campana: El Presidente hace sonar la misma campana que utilizó Hidalgo en 1810.
El Grito: Se mencionan a los héroes de la Independencia, con vítores como:
“¡Viva Hidalgo!”
“¡Viva Morelos!”
“¡Viva la Independencia!”
“¡Viva México!” (repetido tres veces, con entusiasmo).
Himno Nacional: Después del Grito, se entona el Himno Nacional Mexicano mientras se iza la bandera.
Fuegos artificiales y festividades: Enseguida, el Zócalo se ilumina con fuegos artificiales, música y celebraciones populares.
Este acto no solo rememora un evento histórico, sino que también simboliza la unidad, el patriotismo y la identidad nacional del pueblo mexicano.





