La miel dulce y sanadora de Quintana Roo

Quintana Roo’s Sweet and Healing Honey

Hace cientos de años, cuando los mayas construían sus espléndidas ciudades en la península de Yucatán, no había farmacias. Es más, no había doctores, ni medicinas, ni hospitales. La salud de los gobernantes, así como de los más humildes, estaba en manos de hombres muy peculiares que combinaban rituales con el conocimiento exhaustivo de plantas para sanar malestares.

La cosmovisión de las culturas precolombinas es muy distinta a la nuestra, y para ellos, muchos problemas físicos provenían de algún desequilibrio entre el alma y el cuerpo. De hecho, existía una medicina que, como regalo de los dioses, ayudaba a restaurar la armonía de los corazones: la miel.

Para los mayas, el destino de los hombres y las abejas estaba unido para siempre. Ellas viajaban constantemente al cielo para traernos las preciadas gotas de miel. Había incluso una deidad que se representaba como descendiendo del cielo y trayendo consigo un contenedor de miel. A su vez, las abejas debían ser protegidas por el hombre.

Aún en nuestros días, la abeja melipona, que es la original residente de la Península de Yucatán y con la que los mayas tenían esta estrecha relación, sigue proveyendo esta dulce medicina. Los mayas la siguen usando para aliviar trastornos en el aparato digestivo, problemas en el sistema circulatorio, calmar fiebres, fortalecer el sistema inmunológico bajo, cicatrizar heridas o llegas, atender picaduras de insectos y quitar manchas en el cutis. También es ideal para el sistema respiratorio (sobre todo si se tiene tos o dolor de garganta) y sanar algunos padecimientos oculares.

Ethos, Granja en la Selva, el proyecto sustentable de Sunset World, trabaja activamente con apicultores de la zona maya para mantener la tradicional producción de esta miel. Cuando visite alguno de nuestros resorts disfrute esta delicia, regalo de los dioses mayas