Hace unos 150 millones de años, durante el periodo Jurásico, la península de Yucatán era el lecho de un mar poco profundo donde se fueron acumulando sedimentos calcáreos. A lo largo de años, esta plataforma marina se elevó, emergiendo como tierra y dando forma al paisaje actual de la península con su relieve kárstico y sus distintivas formaciones como cenotes y cuevas.
No hay montañas ni cañones, no hay ríos superficiales. El relieve kárstico de la península de Yucatán se caracteriza por su planicie, con ríos subterráneos y cenotes formados por la disolución de la piedra caliza por el agua.





