El tiburón ballena llega a Cancún

Imagine que se encuentra nadando mar abierto, a muchos kilómetros de tierra firme. Usted flota tranquilamente en la inmensidad azul, y si se asoma al abismo, sólo puede ver los rayos del sol perderse en lo profundo. De pronto distingue una sombra, un leve movimiento. Apenas unos segundos más tarde se percata del gran animal que está frente a usted: la silueta de un hermoso tiburón ballena se va acercando y ahora puede distinguir su color gris y las manchas blancas de su dorso.

No hay nada qué temer. El tiburón ballena es enorme (en promedio miden 14 metros de largo), pero pacífico e inofensivo, ya que se alimenta sólo de plancton. En el Caribe mexicano somos muy afortunados de poder avistarlo en los meses de mayo a septiembre e incluso nadar cerca de él.

Esta clase de encuentros nos llena de emoción y adrenalina. Pero después cabe también un espacio para la reflexión. El 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos para recordar los invaluables recursos que nos da el mar: el oxígeno para vivir, alimento, alegría, bienestar, emoción…

Debido a nuestra mala gestión de recursos y residuos, el mar sufre en la actualidad una severa crisis que pone en peligro a muchas especies marinas y nuestra propia alimentación. Según la Organización de las Naciones Unidas, cada año se filtran 13 millones de toneladas de plástico en el océano, lo que provoca, entre otros daños, la muerte de unos cien mil animales anualmente. Sólo tomando consciencia y tomando mejores decisiones de consumo podremos revertir este daño y seguir disfrutando los beneficios del mar.